Poca gente puede identificar por su nombre esta bellísima y antigua ciudad situada en Croacia… al menos hasta que se cuenta que fue el sitio elegido para filmar todas las escenas que transcurren en “Desembarco del rey”, la mítica capital de los Siete Reinos que funciona como eje y punto de partida de todas las historias que cuenta George R. R. Martín en su adictiva saga fantástica, la ultraviolenta “Juego de tronos” (Game of Throne).
Famosa por la inmensa muralla de más de veinticinco metros que la rodea, compuesta por cinco fortalezas y dieciséis torres o bastiones,  Dubrovnik, como sucede con los antiguos poblados japoneses, ofrece una oportunidad única a los turistas de todo el mundo: sentir que se trasladan, sorpresivamente, al pasado más remoto, muy pero muy atrás en el tiempo, cuando todavía existían caballeros, los reyes dominaban el mundo y los ejércitos libraban salvajes batallas en medio del barro ante la mirada sorprendida de los campesinos.
La ciudad cuenta con calles de piedra, casas levantadas en el siglo X e inmensas estatuas que homenajean a los guerreros y santos que pisaron su suelo además de dos increíbles monasterios, uno propiedad de los dominicos y otro de los franciscanos, ambos con sus propios museos y tiendas donde comprar increíbles recuerdos.
La plaza Luza, centro de la urbe, concentra los edificios más importantes, entre ellos el mítico palacio Sponsa donde se guardan los archivos del estado; la iglesia de San Blas, construida en 1715, que guarda la famosa estatua del patrono de la ciudad construida en el siglo XV; y el imponente Palacio de los Rectores.
Los fans acérrimos de “Juego de tronos” cuentan, además, con una oportunidad única porque existen recorridos especiales que permiten visitar los lugares donde vivieron, sufrieron y murieron sus personajes favoritos, incluyendo el sendero donde Cercei es obligada a humillarse públicamente para poder dejar el calabozo donde estaba prisionera rindiendo penitencia por sus pecados, o ver el sitio en el cual Stark fue ejecutado salvajemente por sus enemigos ante la mirada complacida del pueblo y la cara aterrada de Sansa, su bellísima hija mayor.
Frente a la ciudad se encuentra el famoso Islote de Lokrum, una isla que cuenta con un hermoso parque nacional lleno de pinos y olivos, un lago que conecta con el mar, una playa que suele frecuentar la comunidad gay y una imponente fortaleza construida por los franceses a comienzos del siglo XIX que ofrece una visión realmente magnífica de toda Dubrovnik y sus casas de coloridos techos naranja.

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