Según las estadísticas oficiales, gran parte de los mil cuatrocientos castillos de Gran Bretaña han sufrido fenómenos paranormales; como la mitad de las personas adultas cree en fantasmas, estos sitios reciben, cada año, millones de visitantes, ofreciendo un particular circuito alternativo a los turistas amantes de las emociones fuertes.
El Castillo de Glamis, hogar de la Reina Madre, es uno de los castillos embrujados más famoso de Gran Bretaña: según la leyenda, su maldición comenzó en 1034, cuando el rey Malcolm II fue asesinado en sus aposentos por un grupo de rebeldes que murieron al intentar escapar cruzando el lago Forfar; otros afirman que todo comenzó en 1372, cuando los Lyon regresaron con un cáliz maldito que acarreó la desgracia a la familia.
Lady Elizabeth Bowes-Lyon, madre de la actual Isabel II, pasó su infancia en el castillo y asegura haber oído golpes en las paredes que no la dejaban dormir.
Entre los espectros más famosos de Glamis se encuentra Lady Janet, conocida como la “Dama de Gris”, condenada en 1538 a morir en la hoguera por emplear artes negras contra el rey Jacobo V; desde entonces su espectro es visto paseando por los pasillos en compañía de fantasmas menos ilustres: una anciana cargando un fardo, un prisionero muerto en las mazmorras y un paje del siglo XVII.
La historia más siniestra de Glamis está relacionada con Thomas Bowes-Lyon, tatarabuelo de la Reina Madre, quien, avergonzado por el nacimiento de un hijo deforme, encerró al pequeño en una habitación hasta su muerte; aún hoy, aseguran, se escuchan sus gritos pidiendo ayuda.
En el Castillo de Fyvie, ubicado en Aberdeenshire, todavía puede verse a Lillias Drummond, a quien su marido, Sir Alexander Seton, encarceló y dejo morir de hambre para poder casarse con su amante.
La noche de su boda, Drummond y su nueva esposa escucharon suspiros femeninos provenientes de la ventana; Sir Alexander envió a sus guardias a investigar pero estos no encontraron nada; a la mañana siguiente podían verse claramente talladas en las paredes las palabras “D. Drummond Lilias”.
Muchos visitantes afirman haber visto el fantasma de Lillias vagando por los pasillos o descansando en la que fue su alcoba rodeada por un curioso halo que le valió el mote de “La Dama Verde”.
Al sur de Inglaterra, en el condado de Devon, el Castillo de Berry Pomero no cuenta con una sino con dos fantasmas femeninos: “la Dama de Blanco” y “la Dama de Azul”.
Margaret Pomeroy, conocida como “la Dama de Blanco”, sufrió el mismo destino que Lillias: murió de hambre en las mazmorras del castillo encerrada por su hermana mayor que envidiaba su belleza; desde entonces, deambula por el lugar haciendo señas a los visitantes para advertirles su presencia; la “Dama de azul” tiene un origen más impreciso: podría tratarse de la hija de un lord, violada y asesinada por su propio padre, o una dama de la corte que, luego de tener un bebé extramatrimonial, lo estranguló para luego tirarse por las almenas del castillo.
Los habitantes del lugar aseguran que, a diferencia de Pomeroy, la “dama de azul” suele abandonar el castillo para visitar las calles del pueblo, donde puede vérsela las noches de luna llena buscando el cuerpo de su niño.
En Denbighshire, al norte de Gales, se encuentra el Castillo de Bodelwyddan, hogar durante doscientos años de la familia Williams-Wynn: aunque cuenta con colecciones de arte de la National Portrait Gallery y la Royal Academy, los turistas prefieren conocer la dama victoriana que aparece regularmente en la galería de las esculturas y la mujer de vestido negro que visita el salón del té para luego desaparecer atravesando las paredes.
Incluso el Castillo de Windsor, la residencia real construida por Guillermo El Conquistador en 1066, cuenta con tres espectros a los que nadie ha podido desalojar: Isabel I, Carlos I y Jorge III; el más famoso de los castillos embrujados británicos, sin embargo, no es Windsor sino Chillingham, un monasterio convertido en fortaleza situado en el condado de Northumberland, en la frontera que separa Inglaterra de Escocia.
Usado como base de aprovisionamiento por los ejércitos ingleses que entraban al conflictivo territorio escocés, el propio Eduardo I visito Chillingham para enfrentar a William Wallace, el rebelde inmortalizado por Mel Gibson en su película “Braveheart”.
En 1980, tras un largo periodo de abandono y decadencia, el castillo fue convertido en hotel, transformándose rápidamente en un éxito comercial gracias a su “ghost tour”.
El espectro más popular del lugar es “el chico azul”, bautizado así por la fuerte luz que aparece sobre las camas segundos antes de escucharse un fuerte y desgarrador aullido; el origen de este espectro fue descubierto recientemente, cuando, durante una remodelación, los ingenieros encontraron los cuerpos de un hombre y un niño encerrados dentro de un muro de más de tres metros.
La ropa del niño era azul.

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