Debrecen (Hungría): aunque fue, literalmente, destruida durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los bombarderos dejaron convertidas en cenizas gran parte de sus casas, esta ciudad logró reconstruirse
y recuperar su belleza original y hoy cuenta con una presencia realmente increíble además de dos eventos realmente fundamentales que, cada año, atraen miles de turistas: su festival internacional de Jazz y el tradicional Concurso Coral Bela Bartok.
Acapulco (México): resulta imposible contar algo nuevo sobre la ciudad más famosa de México pero puede sintetizarse su atractivo diciendo que cuenta con un mar de aguas perfectas, playas de arena finísima y
un sol ideal para broncearse los 364 días del año; todo esto, por supuesto, acompañado por una amplia variedad de actividades deportivas pues allí se practica tenis, golf, futbol, buceo, pesca, esquí, surf y paseos en motos acuáticas.
Los más jóvenes –y valientes, por supuesto- pueden visitar La Quebrada, el cerro de treinta y cinco metros de altura desde donde los clavadistas, profesionales o aficionados, se lanzan hacia el mar. Los turistas, por lo general, no participan de esta práctica pero suelen acercarse a la playa para fotografiar a los valientes que se animan a realizar el salto.
Otra atracción importante es el mercado de Artesanos Noa Noa, una feria donde es posible comprar maravillosos trabajos originales de artesanos locales a un precio bajísimo, todos elaborados con materiales propios de la zona.
De noche, Acapulco cuenta con una increíble oferta gastronómica/artística gracias a su cinturón de bares, pubs, discotecas y restaurantes de primer nivel donde es posible disfrutar de un tradicional mojito cubano o cantar acompañado de los siempre presentes mariachis a la luz de la luna.
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