Si tienes pensado viajar a Perú, visitar Cusco es una parada obligada.
Se suele pensar que Cusco es solo un paso para ir hasta Machu Picchu, pero no es así. Si lo que quieres es conocer la grandeza de la civilización Inca que se conserva entre grandes estructuras de la colonización y una atmósfera única, debes visitar Cusco.
A 3.400 sobre el nivel del mar se alza esta ciudad envuelta por un frío permanente en todo el año, razón por la cual te recomendamos que antes de que empieces a caminar por sus calles, bebas un poco de té de muña muña, una especie de menta oriunda del Perú, que será ideal para calentarte un poco y para evitar que la altura te afecte.
Una vez en Cusco, verás que no hay nada igual.
Su Plaza de Armas es el lugar de encuentro donde grandes y hermosas iglesias se dan lugar junto a artesanos que caminan en sus trajes típicos mostrando sus talentos. Recorre las calles aledañas a la Plaza en horas tempranas, de esta manera encontrarás los locales comerciales abiertos y podrás visitar varios para encontrar los mejores precios, aunque a donde vayas, encontrarás que nada es caro. Gorros típicos llamados chuyos, suéteres con diseños de llamas y todo tipo de artesanías típicas para todos los gustos las encontrarás y te enamorarás de ellas. Además, entre turistas, artesanías y una hermosa vista, lo más probable es que te encuentres alpacas caminando o niños jugando con ellas.
Nuestra recomendación es que te ubiques en un hotel que esté cerca de la Plaza de Armas, es decir, en el centro histórico, para que puedas caminar día y noche sin tener que desplazarte hacia otros lugares en taxi.
Además, las empresas turísticas también las encuentras allí. Contáctate con alguna para que sepas la oferta de rutas que tienen, las cuales siempre incluyen el transporte y un guía. Entre los lugares que debes conocer en Cusco está Sacsayhuamán, las ruinas de lo que fuera un templo de los Incas; Pisac, que fue una aldea y el Templo del Sol en Ollantaitambo.
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